ECOS ES IMPOSIBLE

Albert Blaya Sensat
2 min readMay 12, 2020

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Descubrí a Ecos del Balón de la forma en que se descubren aquellas cosas que te cambian la vida. Sin querer. Entre en su web intrigado, un imberbe estudiante de 18 años recién cumplidos que solo quería escribir, aunque no supiera nada de nada. Escribía Abel Rojas. Este fue mi primer encuentro con Ecos y, como entenderéis, quedé prendado. Enamorado. Ecos se volvió algo parecido a una droga, cada día entraba en sus posts, actualizaba el texto cada tres minutos como un poseso buscando nuevos comentarios, nuevos debates. Me estaba volviendo loco, pensaba. Era el peaje a pagar para entrar a formar parte de algo que comprendería más tarde en toda su magnitud.

A partir de aquel momento, cambié. Como si algo me hubiera atravesado por completo. La forma de comunicar, de contar las cosas, de entenderlas. El fútbol se convirtió en algo mucho más complejo a la vez que placentero. Disfruté, me volví a enamorar, vi el fútbol como lo que es: un objeto apasionante, que siempre te quita la razón, que escupe a los que creen tenerla e invade a los que desean aprender. Y yo quería aprender de los mejores.

Un día frío de febrero fui a visitar la Casa de Ecos. Era un día grisáceo, el sol parecía como mal enchufado. Cogí un autobus que me llevaba al extraradio de la capital madrileña y me perdí. Estaba nervioso, desorientado. Pero, al fin, llegué. Una casa de Periodismo, así es como yo vi aquel espacio. Con su estudio de radio, su zona de grabación donde yo siempre había pensado que se asemejaría a una sauna, todos en manga corta, pero que descubrí, muy a mi pesar, que era un jodido invernadero. Apenas fueron un par de horas, pero me fijé en todos los detalles, en cada palabra, intenté serigrafiar en mi mente todo lo posible. Mis padres preocupados porque me saltaba clases pero yo hacía tiempo que consideraba Ecos mi verdadera universidad. Fueron muchas clases con Ecos en el ordenador. Y lo agradezco.

Nos dijimos que nos volveríamos a ver. Ha pasado un año y el jodido virus lo ha impedido, pero retengo estas palabras. Ecos siempre existirá porque, en cierto modo, es como el fútbol. Es recuerdo, vivencia, emoción. Ecos ha sido nuestra casa, y las casas nunca mueren, nunca se olvidan. Agradecer el maravilloso trabajo de todos y cada uno de los que han formado parte de Ecos, por hacer que esta bendita locura fuera posible. Ecos era algo imposible, pero existió.

Gracias, millones de gracias. Que los ecos jamás se apaguen.

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Albert Blaya Sensat
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Written by Albert Blaya Sensat

Periodista. Escribo para sobrevivir. Un poco de todo. Fútbol y lo que se de.

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