El Patíbulo de los Dioses

Albert Blaya Sensat
4 min readJul 31, 2022

Las lágrimas eran de verdad. La mejilla, dura al tacto pero increíblemente blanda vista desde lejos, estaba mojada. Todos lloraban viéndole llorar. Era un llanto compartido en secreto, atado a recuerdos y espacios comunes. Se lloraba por lo que se había sido, pero también -aunque quizás de forma inconsciente- por lo que no se podría volver a ser. De esa impotencia nacía uana especie de Neurología Del Fracaso que quedaba grabada a fuego en la retina de quien lo contemplaba. Aquellas lágrimas albergaban un secreto, como una malición que todos compraban sin rechistar: el Barça condenado al Patíbulo de los Dioses.

Entender la lógica interna del deporte resulta un ejercicio de autopercepción muy complicado, pues en cada observación o apunte, uno en realidad está hablando de sí mismo y aquello que proyecta sobre lo que ve. Somos sombras alargadas. Es por este motivo, que el último año del Barça es inanalizable desde su globalidad. Ha sido una montaña rusa llena de emociones que se contradecían, repelidas constantemente. El Barça empezó el curso sumido en un estado letárgico, como cuando te despiertas con una resaca enorme, son ls 15h y la nevera está vacía. Hay que comprar, limpiar y cocinar. Solo quieres dormir. El Barça fue aquel treintañero para el que de repente salir de fiesta ya no era divertido. Memphis, un jugador que parece construirse su propio relato en los márgenes de la historia, pasó de ser

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Albert Blaya Sensat

Periodista. Escribo para sobrevivir. Un poco de todo. Fútbol y lo que se de.