No tener tiempo

Soy de los que jamás piensa en hacer nada nuevo para el año que se nos echa encima sin ni siquiera preguntar si queremos que venga. Es irónico, porque no creo en los años, pero a la vez hay algunos que no quiero que acaben, otorgando a un número un poder simbólico que creo que no merece. Somos seres caprichosos. Esto me sucede con este 2019, un número muy pero que muy feo, pero al que le he cogido cariño. No quiero que acabe y no sé por qué. Mi fobia a las cifras importantes. Esas que sirven para hacer listas de “Top 10”, para conmemorar y celebrar cosas. Por eso quiero tener siempre 21 años. Un número que no dice nada, ni pretende decirlo.

Se me echa encima un vacío terrorífico. Me quedan pocas horas de clase para ser, oficialmente, periodista. No habrá asignaturas de mierda, ni profes aburridos que den cobijo a mi mente asustadiza que, queriendo ser periodista, vive muy tranquila esperando serlo. Miedo a acabar rellenando las agendas de los periódicos, a hacer la taquilla de los cines inventándome las estrellas que tiene cada peli, como si supiese algo, como si me importase qué clase de truño cinematográfico es “Cats”. Miedo a ser periodista cuando llevo años queriéndolo ser. Qué miedo más tonto.

2020 tiene pinta a número de llamada de emergencia. Ojalá. Llamar y decir que por qué ahora, que espere un poquito en llegar, unos mesecitos de nada. Pero el tiempo, aunque tu no lo quieras, te destroza. El tiempo y Messi son las únicas cosas que tienen su propia ley en esta vida. A uno lo quiero, al otro le temo. Ambas a la vez, quizás. Mircea Cartarescu contó que escribe siempre de un tirón, sobre papel, y jamás revisa lo escrito. Cartarescu es un poco como el tiempo, solo avanza, solo se extiende. Escribe como quién respira.

2020 sé que va a empezar muy bien. Lo presiento. “Todo este tiempo ha habido tiempo. No puedes matar al tiempo con el corazón. Todo ocupa tiempo(…) Ahora que hay tiempo no tienes tiempo”. David Foster Wallace lo dijo mejor que yo en “En lo alto para siempre”. Ahora que lo tengo, ya no lo puedo pensar,ni vivir, solo me atropella. Por eso vivimos la vida como un delantero centro. Cuanto menos tiempo tenemos para pensar, mejor.

Feliz 2020 a todos.